Seguramente llegaste hasta aquí por el mural que hicimos con @arte_marisel en el sector de Cancha de Carreras en Peumo (haz clic en la imagen pare verlo más grande).

Ciertamente pintar el mural fue una hermosa experiencia, pero más interesante es la historia que brevemente ahí se relata. ¿Te imaginas un día estar por Peumo, a medio día, y ver un enorme avión de un color plata brillante volar tan bajo que de pronto se estrella con nada menos que con un gran palto?. Aquello sucedió en Peumo el 11 de septiembre de 1942 y como era de esperar todo el pueblo se movilizó al lugar donde el avión cayó.

Hay muy poca información disponible respecto del accidente, probablemente por que pasó hace 80 años. Pero hasta hoy existe un vestigio de la época presente en el lugar; una animita que aunque está a maltraer, se puede ver y te permite por un momento viajar al pasado.

El contexto

1942 fue un año convulso para el mundo; la segunda guerra mundial estaba en su apogeo y Latinoamérica en general se mantuvo neutral al conflicto. El papel de Chile fue muy tibio, al punto de declararle la guerra a Japón cuando ésta ya casi había terminado, siendo de hecho Chile el último país en entrar a la contienda y sin alcanzar a mover ni una tropa, dado que el interés de nuestro país era poder ingresar a las recién conformadas Naciones Unidas. Estados Unidos por su parte acababa de entrar al conflicto luego del ataque de Pearl Harbor, pero casi un año antes había implementado un sistema de préstamo y arriendo con la finalidad de apoyar a las naciones aliadas con suministros y material bélico, a pesar de la neutralidad de Chile en aquel momento, de todos modos entró al programa y comenzó a recibir partidas de aviones para instrucción militar, entre ellos el modelo que cayó en Peumo; el North American T-6B Texan los cuales se utilizaban para entrenar pilotos de combate.

El avión

El North American T-6 Texan fué un avión de fabricación estadounidense que se utilizó principalmente para el entrenamiento avanzado de pilotos de guerra. Estaba equipado con un motor radial de 9 cilindros, tenía capacidad para dos personas y podía ser equipado con armamento ligero como ametralladoras y bombas livianas. Existieron muchas variantes del avión, pero el que cayó en Peumo se trata del modelo AT-6B, la sigla AT significaba Advanced Trainer (entrenador avanzado). Tenía una altura de casi 4 metros, una largo de casi 9 y la envergadura (ancho de las alas) de casi 13 metros, por que que no era un avión pequeño en comparación con una avioneta. Aunque probablemente la característica más distintiva del avión era su fuselaje de color plata brillante productos de las chapas de aluminio que lo recubrían.

Vista de un AT-6 desarmado donde se aprecia el motor – Fuente https://pearlharborwarbirds.com/pratt-whitney-radial-engine-1340n-600-hp/

Los aviones recibidos en Chile gracias al programa norteamericano fueron numerados y aquel que cayó en Peumo recibió el 220, sin embargo no existen registros fotográficos del mismo (al menos que haya podido encontrar), pero si de otros aviones «hermanos» que se corresponden en época y modelo al accidentado como el que vemos en la imagen siguiente. Nótese el tamaño de la aeronave respecto de sus pilotos.

Nota importante: Éstos no son los pilotos siniestrados en Peumo, pero corresponden a pilotos de la misma generación y con el mismo modelo de avión – Foto de web http://www.archivohistoricoconcepcion.cl/minisitios/memorias-y-biografias/mario-arriagada/
El AT-6 N° 237 probablemente el último ejemplar de la partida de aviones North American de la época, en exhibición en el Museo de aeronáutica de Cerrillos en Santiago.

Era un avión muy ruidoso, a continuación podrás ver un video en donde varios AT-6 despegan y maniobran en una exhibición.

El accidente

Esta fue la parte más difícil de redactar dado que realmente no existe información más que la fecha y la mención del accidente.

Lo que sabemos con certeza es lo siguiente:

  • La fecha, 11 de septiembre de 1942 siendo el primero de la partida de aviones traídos en accidentarse en Chile
  • El avión, un North American AT-6B Texan
  • El lugar de despegue, la base aérea El Bosque en Santiago
  • El lugar del accidente, la calle Manuel Ossa cerca del actual Liceo Jean Buchanan de Peumo
  • La causa, pérdida de velocidad y por tanto de altura (sin conocer su origen)
  • La consecuencia, el incendio del avión y el fallecimiento de sus dos tripulantes
  • Sus nombres, Sergio Anrique de Castellán y Manuel Álvarez Pacheco

Entonces en base a la poca información disponible deberemos especular sobre el hecho.

De acuerdo al relato de Don Sergio «Cheché» Ávila, un peumino que a la fecha de éste artículo tiene 94 años, y que el día del accidente era un quinceañero, nos dice que aproximadamente al mediodía nota que toda la gente en Peumo corre en una misma dirección. Él no le toma importancia al principio, pero luego de un rato, nota el revuelo en los peuminos y se une a la masa para ver lo que sucedía, llegando hasta el lugar y notando para su sorpresa el accidente del cual destacaba el enorme avión, el fuego y el humo. Dado que decidió no ir desde el principio, cuando él llegó al lugar ya habían retirado a los pilotos pero si logró ver el avión incendiarse incrustado en un gran palto. También fue testigo del desmantelamiento y retiro de la aeronave los días siguientes por parte de personal de la Fuerza Aérea.

No tenemos la certeza si se dirigían al sur desde la Base Aérea El Bosque o venían de regreso a ella desde el sur, en éste último caso sería casi imposible para nosotros saber la ruta de viaje, sin embargo, para el primer caso podríamos suponer en base a la distancia entre ambos puntos (125 kms aprox.) y la velocidad crucero del avión (233 km/h) que pudieron haber despegado de la base unos 30 minutos previos al accidente, siguiendo una ruta sencilla de norte a sur como se muestra en la imagen.

Posible recorrido previo al accidente

Respecto de las causas del accidente, sólo se pudo encontrar un dato en donde se menciona el accidente en la sesión N° 16 extraordinaria de la cámara de diputados del 19 de mayo de 1953, en la cual se discute la baja de varios aviones North American y sobre las fallas que ocasionaron entre otros el accidente de Peumo. Lamentablemente sólo se indica lo siguiente para el accidente en cuestión (pág. 714):

A pesar de algunas incongruencias como la fecha del accidente y que sólo se señala la muerte de una persona, se menciona, al igual que en otros accidentes posteriores, la causa del accidente como «pérdida de velocidad» lo que no se atribuye en específico a problemas de la aeronave o fallas humanas. Pero sin duda llama la atención que sea una causa recurrente en varios de los accidentes con esa aeronave.

Respecto del lugar de la caída, si aún no te ubicas, el terreno donde cayó el avión aún es una quinta de paltos, y se encuentra por un costado del Liceo Jean Buchannan en la calle Manuel Ossa, cerca de la antigua piscina del «Pato Olea». Dado que es un terreno particular, no es posible corroborar que existan evidencias, lo que se hace muy difícil considerando el tiempo pasado.

El punto naranja del centro representa la ubicación de la caída del AT-6B
Foto del predio desde la calle Manuel Ossa, se aprecia detrás del cerco la «animita» que recuerda el hecho.

De la tripulación disponemos de aún menos información. En principio se supone pertenecieron a la primera generación de pilotos de combate formados en íntegramente en la Fach (antes de ello eran pilotos del ejército y la marina) en 1942, sabemos que Don Sergio Anrique de Castellán era Subteniente y por tanto el oficial a cargo que probablemente pilotaba la nave, mientras que Manuel Álvarez Pacheco en su grado de Sargento Primero debió hacer de copiloto. La animita presente hasta hoy recuerda justamente a éste último y fue instalada ahí al poco tiempo por los padres de Manuel, entendiéndose que era una persona joven. Dicen que por muchos años sus padres vinieron a Peumo cada mes de septiembre a recordar la memoria de su hijo.

Promoción 1942 de cadetes, correspondiente a la primera generación de la escuela de aviación de la FACh. Probablemente entre ellos se encuentren los pilotos accidentados en peumo.

Sigue imaginando ver hoy en día volar un avión tan bajo que llega a impactar en una quinta de paltos, que se incendia y todos en Peumo corremos a mirar lo que pasó. Han pasado 80 años de aquello, pero Peumo no ha cambiado mucho.

Bibliografía